sábado, 14 de abril de 2012

Libros cerrados

Hay personas que son como un libro abierto, transparentes, personas a las que para bien o para mal las ves venir. Pero hay otros seres rodeados de una halo de misterio, personas a las que ni Sookie Stackhouse ni Edward Cullen con poderes telepáticos y todo pueden entender. Personas que no entendemos por mucho que nos esforcemos.

Son las segundas las que despiertan nuestra curiosidad, hay un instinto, destructivo en muchos casos, en todo ser humano que nos conduce a la búsqueda a indagar en lo oculto.
Como Sookie todos buscamos nuestro Bill Compton y al igual que ella aunque conocemos el peligro pensamos que el riego merece la pena...

Nuestro instinto de exploradores nos conduce no solo hacia estos seres misteriosos sino a intentar desentrañar el misterio que los rodea, tontos de nosotros, pensamos que lograremos que se abran para nosotros, que nos descubran sus alegrías y sus desvelos, vamos que se vuelvan un libro abierto como las primeras.

Nuestro instinto a lo Indiana Jones nos puede llevar en dos direcciones, bien a descubrir todo del otro y darnos cuenta de que después de todo no era tan interesante o chocar contra un muro y no descubrir nada. Lo malo es que cuando ocurre lo segundo no perdemos el interés sino que nos sentimos mas y mas atraídos en esa búsqueda hacia la autodestrucción.

Yo también encontré mi Bill Compton, un hombre misterioso al que no podía entender, entonces me acercaba mas y mas intentando desentrañar sus oscuros pensamientos y chocaba con el muro una y otra vez. Os preguntares que paso, pues paso lo único que podía pasar yo acabe herida y él tan misterioso como siempre...




viernes, 13 de abril de 2012

Cuestión de Ego

Las novelas románticas y después las películas románticas nos han creado una falsa idea del amor. Pero como me decía mi abuela, por mucho que nos duela un desengaño nadie se muere de amor como en las rimas de Bequer.

Me encuentro sin embargo dando consejo a una persona que sufre pensando que a conducido a su a ex amante a la desesperación y tal desesperación podría acabar en tragedia. Vamos que el chico se va a matar.
Yo desde mi cinismo habitual solo puedo pensar que toda esa historia de o vienes o me mato solo es un  chantaje de mujer histérica, hombre histérico en este caso. Mi dilema esta en como decirle a mi amiga que nadie se muere de amor, ni siquiera de amor por ella...
Y os preguntareis porque, pues que en el fondo a que ego no le viene bien eso de pensar que se van a matar por uno, oh !que romántico!

Pero siendo realista la vida no es una novela rosa y menos aun un culebrón venezolano, todo desengaño amoroso tiene un fin. Dice el maestro Sabina ''el amor cuando no muere mata'' y digo yo ¿no sera mejor que se muera el amor a que me muera yo? Después de todo la experiencia me ha enseñado que el amor no es que se muera solo cambia de dueño.

Tras el desengaño unos buscan un nuevo amante para olvidar en sus brazos, otros nos arrojamos a los brazos del tequila hasta que se nos olvida hasta el cumpleaños de la abuela y en unos días o meses para los mas románticos volvemos a lanzarnos a la piscina esperando esta vez ser el que mata y no el que se muere...

jueves, 12 de abril de 2012

tic tac

Hay momentos en la vida en los que uno ha perdido tanto en rumbo que no sabe donde esta parado, en esos momentos lo único que se sabe con seguridad es que no tiene a donde agarrarse para no caer. Sabes que tienes que moverte, hacia un lado u otro pero una mala elección podría acabar con todo, pero, ¿acaso no es eso lo que quieres?

El valor, esa palabra tan corta y ese sentimiento tan feroz, el valor de dar un paso, el valor de decir una palabra y mas aun el valor de callar cuando tienes ganas de gritar, parece una contradicción pero para algunas personas es muy difícil callar. El silencio puede convertirse en un puñal que uno mismo se ha clavado y la única manera de salvarse es hablar.
La elección, cuando se ama, es difícil: morir o matar, sufrir o infligir sufrimiento.

Mientras uno decide, cae la arena de reloj, ''Tempus fugit'' como nos recordaba Virgilio. De repente vemos claramente donde nos encontramos, estamos, como no, al borde de un precipicio y la elección se hace mas simple, el hombre y su maldito instinto de supervivencia....