martes, 16 de diciembre de 2014

Apariencias

Y si finjo que no me importa,  y si juego a ser feliz, y si rio hasta que me duela...
Y que más da si por dentro el dolor me quema, si soy una completa infeliz, si la risa la empañan unos ojos absolutamente tristes.

Pero aún así si me ves un día, estaré riendo, seguramente en compañia de un cuerpo atractivo, y verás el brillo en mis ojos y sentirás envida por mi inmensa felicidad.
Dirás que nunca te quise.
Ay amor sigues siendo el mismo tonto que me rompió el corazón.  El mismo ciego que no sabe ver el corazón.

Pero asi es el mundo, oimos una risa en vez de un corazón acelerado, sentimos una manos suaves, en lugar de un pulso desacompasado, amamos una piel en lugar de un alma.
Cuándo verás más allá, cuando comprenderás qué cuanto más rota estoy por dentro, mas bonita es mi apariencia.
Un dulce visión de melancolía,  un espejismo de felicidad.
¿Porqué escuchas mi risa, pero no me sientes temblar? ¿no ves que estoy vacía? Tú ves un cuerpo que usar, yo busco un corazón que robar.

Risas

Y tú me engañaste y a mi me dio la risa, una risa grande y absurda de esas que nacen en el fondo del estomago,  no una risa nerviosa ni una risa histérica, aunque pudiera parecerlo. Fue una risa tan inexplicable como las que nacen de la felicidad más pura. Y dirás que estoy loca, quién se ríe de ser engañado?
No lo entiendes, verdad? Me rio porque el único que se ha engañado eres tú.
Y es que hay acaso, mayor engaño que el que perpetramos contra nosotros mismos?
Y mientras yo me rio, tú te miras el ombligo, y en este juego absurdo seguimos...
Tú ves una niña ingenua, yo solo veo una cara bonita, y mañana te diré adiós y recordaré tu bello rostro o tu cuerpo esculpido, tú en cambio recordarás mi risa.